Se acercan las fiestas de fin de año y con ellas muchos motivos para celebrar, comer y brindar. Para algunas personas esto es motivo de alegría, pero para otras puede ser motivo de preocupación o incluso frustración, es por ello que me parece oportuno hablar de los antojos, ¿son realmente la palabra prohibida?
Culturalmente los antojos se han considerado como algo malo o como un pecado, algunas veces escuchamos frases como “hoy pequé” después de satisfacer algún antojo. La verdad, es que los antojos no son motivo de vergüenza, castigo ni mucho menos culpa.
¿Alguna vez te has puesto a pensar que los antojos pueden ser respuestas a necesidades del cuerpo? En realidad, algunos antojos representan la sabiduría del cuerpo. Por ejemplo, cuando tienes un resfrío tu cuerpo te pide una sopa, que te aporta líquidos y minerales que pierdes y además aporta calor, que tu cuerpo necesita en ese momento.
Te invito a que juntas entendamos un poco más sobre los antojos. La próxima vez que estés en medio de uno puedas abordarlo desde un estado de empoderamiento y educación y no desde un estado de culpa y sientas que has tomado una decisión desde la consciencia plena. Ya sea cometer el helado u optar por un tazón de zanahoria, ambas opciones son buenas, porque las estás tomando desde la consciencia plena.
Los antojos surgen porque existe un desequilibrio en alguna parte o área del cuerpo o en la vida misma. Cuando te atreves a ver los antojos con curiosidad, sin juzgarte o reprimirlos desde un inicio, estás tratando la causa y no simplemente el síntoma. Así que me gustaría ayudarte a recorrer el camino para reconocer y tratar los antojos; ya sea que decidas satisfacer el antojo o sustituirlo por opciones más saludables, lo importante es que lo hagas libre de culpa y desde la consciencia plena. Veamos algunos puntos a recorrer:
1. Reconócelo y dale su espacio: no lo prives a la primera, no te juzgues. Cuando ignoramos algo generalmente le da más fuerza y poder. Cuando vives desde el enfoque de quitar o limitar, generalmente pasa lo contrario, te preocupas, piensas más en lo que no debes comer y esto te deja menos equipada para controlarte.
2. Explora el origen:
¿Junto con el antojo has experimentado alguna emoción o sentimiento físico?: estrés, fatiga, soledad e incluso aburrimiento. Una persona cansada come más y puede que tome malas decisiones respecto a su dieta (la falta de sueño nos hace antojar comidas más ricas en calorías: energía rápida). A mayor estrés, se busca más comodidad en la comida (recuerda que el cuerpo busca equilibrar), es así como el estrés nos lleva a ganar peso.
¿Qué tipo de comida antojas? Son comidas “sabrosas”, este tipo de comida fue creada para antojarse. Con esto no quiero decir que no las disfrutes, pero cuando lo hagas, es importante que sepas y conozcas el poder que la comida per sé tiene.
¿El antojo va de la mano con un hábito? Tienes la costumbre que en determinado tiempo y/o lugar consumes un snack. El café de la tarde, acompañado de un postre, por ejemplo.
¿el antojo apoya tu salud y bienestar? Por ejemplo, al regresar de un viaje, en el que no has cuidado mucho lo que comes y al entrar a casa lo que quieres es una ensalada, es tu cuerpo buscando volver al equilibrio.
Complacer los antojos también puede contribuir a tu bienestar más allá de un punto de vista nutricional. Por ejemplo, antojar un pedazo de pastel para disfrutar con amigos y familia puede proporcionar un fuerte sentimiento de conexión y amor.
3. No te sientas controlada por tus antojos, el empoderamiento te permite ser investigadora curiosa en busca de las mejores opciones para ti en ese momento. No olvides que estamos en constante cambio. Considera los antojos como un criterio para determinar si hay cosas fuera de equilibrio.
Algunos tips que te pueden ayudar a reducir los antojos innecesarios:
Utiliza un limpiador de lengua, así evitarás seguir degustando las comidas.
Los antojos por comidas dulces se reducen al consumir vegetales dulces (camote, papa dulce, remolacha, elote, calabaza/güicoy). En último caso una barra de chocolate obscuro.
Las salsas picantes, reducen el antojo por carbohidratos.
Mantente hidratada, puede que sólo sea sed.
Duerme el tiempo necesario y descansa, la falta de sueño hace que antojes sobre todo comidas dulces para tener energía.
Siempre lleva nueces contigo, son ricas en nutrientes y te sacian.
Evalúa la cantidad de azúcar que consumes.
Por último, no olvides que la clave siempre es el amor, busca verte con amor. Cuando reconoces la sabiduría de los antojos puedes amarte por encima de la autocrítica y entonces iniciará el proceso de sanación. La comida no es tu enemiga, es necesaria para vivir. Cuando tu estilo de vida está en equilibrio, tu vida te alimenta, haciendo que la comida se vuelva secundaria.
Nancy Vásquez Corado
Coach en salud y nutrición holística
Instagram @cocinarteconecta
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