En estos días hablar de emprendimiento ha tomado gran relevancia, por lo que estamos atravesando económicamente debido a la pandemia mundial y cada vez la necesidad de generar ingresos se vuelve una prioridad en la población.
Primero debemos definir que es un emprendedor: es una persona enfocada en desarrollar una idea de negocio. Aunque es un concepto muy certero, puede llegar a ser limitada. Un emprendedor va más allá, porque son personas capaces de llevar a cabo grandes proyectos, ponerlos en funcionamiento y asumir sus responsabilidades.
Estas son algunas de las características de todo emprendedor:
Iniciativa
Inspiración
Autonomía
Ambición
Pasión
Ve las oportunidades
Ve la solución a los problemas
Creatividad
Liderazgo
Acoge el riesgo
Organización
Adaptabilidad al cambio
Es entusiasta
Es positivo
Si te proyectas como un emprendedor, debes tomar en cuenta lo siguiente:
Serás tu propio jefe y contarás con la libertad de escoger a tu propio equipo de trabajo.
Altos niveles de estrés, debes de velar por tu salud porque al inicio requiere de un gran esfuerzo y el negocio dependerá de ti.
Ten en cuenta los riesgos económicos, nadie garantiza el éxito de tu emprendimiento y al ser recursos propios debes estar preparado para cualquier resultado.
Incertidumbre, será el sentimiento principal que sentirás basándose en el riesgo económico, por lo que nada se debe dar por seguro.
Disciplina, es la base de todo emprendedor, esta te permitirá concretar tus proyectos.
Los emprendedores son personas consientes del riesgo y sacrificadas para alcanzar sus objetivos y metas. Sin embargo, no todas poseen las mismas características.
Tipos de emprendedores
Si tú eres un emprendedor, lo primero que debes hacer, es reconocer los rasgos que te destacan para utilizarlos a tu favor. Aquí te dejo una lista con los diferentes tipos de emprendedores que existen y sus principales características, para que definas cual eres tú.
El primero es el Visionario: Convierte su visión en su negocio. Es un emprendedor realista con los pies en la tierra, aunque no deja de soñar despierto, no duda en tomar las oportunidades que se les presenten.
Si eres un visionario utilizarlo a tu favor, ten en cuenta que debes mantener metas alcanzables. Debes formar un equipo de trabajo eficaz que te apoye en alcanzar tus objetivos.
El inversionista: Le gusta invertir y tiene la capacidad financiera de hacerlo. Su objetivo es hacer crecer su dinero, es bueno consiguiendo rentabilidad en los proyectos, fácilmente detecta buenas y malas oportunidades, por lo que sabe cuando arriesgarse. Una de sus debilidades puede ser no saber cuando detenerse y la ambición lo puede llevar a cometer errores. Si eres uno, busca asesores de confianza que te ayuden a tomar decisiones certeras y te brinden opiniones antes de tomar un riesgo.
El oportunista: Es un experimentador nato, aprovecha cualquier oportunidad que se le presenta. Es observador y analiza antes de iniciar un nuevo proyecto. En donde encuentra una dificultad, el oportunista ya está viendo una solución, es perfeccionista y hace algo funcional. Si encajas en este perfil debes ser más observador, la idea ganadora puede estar frente a ti y no te estés percatando. Aprovecha tus recursos y hazlos trabajar para ti.
El apasionado: Trabajar es su vida. Él no puede tener solo la idea, la debe llevar a la realidad. Esta idea lo desborda y puede trabajar en ella por horas sin problema.
Si te identificas, seguramente eres muy bueno dando consejos a otras personas, pero toma en cuenta que tus ideas sean atractivas para ellas. Debes ser inteligente y guiar tu idea hacia algo rentable. El que lo hace por necesidad: La falta de opciones para generar ingresos es el motor que lo motiva. Algo que lo caracteriza es ser un buscador de oportunidades, desarrollador de ideas y en poco tiempo ponerlas a trabajar.
Si eres uno, busca rodearte de personas que apoyen y aporten a desarrollar tu proyecto y hacerlo rentable.
El persuasivo: Tal vez no sea un emprendedor que genere ideas, pero es la persona que da el impulso influyendo positivamente en las personas, siendo un líder nato. Por lo regular atrae clientes y personas a que se unan al proyecto.
El Social: No es el que tenga más amigos o las mejores relaciones interpersonales. Su principal objetivo es cambiar el mundo. Busca soluciones innovadoras, influye positivamente en los demás. Su enfoque es impulsar y generar ganancias para combatir problemas de la sociedad. Si eres un social, es innegable lo revolucionario y rebelde que puedes ser, sin embargo enfócate en crear negocios sólidos y estables, no pierdas el control de los proyectos.
El emprendedor al azar: Posiblemente heredo un negocio exitoso o fue invitado a formar parte de un proyecto. Es un emprendedor que le gusta tomar riesgos.
Si tuviste la suerte, debes ser organizado y comprometido, si posees un negocio no lo descuides, siempre mantente capacitado en temas de gestión empresarial.
El intuitivo: Es impulsivo, percibe oportunidades y se arriesga. Su desventaja es no pedir consejo y tomar malas decisiones.
Si eres uno, rodéate de un grupo de trabajo que te apoye a hacer un análisis más profundo para lograr rentabilidad en el negocio.
Por último está el especialista: Fácilmente se confunde con el visionario, aunque este suele enfocarse en varios proyectos, en el caso del especialista se enfoca en solo un tema.
Si eres un especialista, aprovecha todos tus conocimientos para completar tus ideas. Tu visión puede llegar a ser poderosa si te apoyas de aportes de otras personas.
No te preocupes si no encajas solo en un tipo de emprendedor, puedes ser una combinación de ellos, lo importante es reconocer tus características y aprovecharlas al máximo para desarrollar tus proyectos.
Créditos: Thelma Castillo
IG / FB: @thelma.castillov /@Malvaflorales
Modelo: Gabriela Viscardi
Fotografía por: Luisfer / Ifotoart
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