Habrá un momento en que moriré y diré “al fin soy feliz”
Esta expresión está haciendo referencia de manera directa a la incapacidad de ver que las cosas pueden ir a mejor y a la creencia de que no podrá volver a ser feliz.
Hola hola chicas, a continuación quiero hablarles de un tema muy importante que está causando lamentablemente muchas muertes al rededor del mundo, ya que muchas personas no hemos aprendido como enfrentar nuestros problemas y superarlos. Así es te voy a hablar de suicidio.
Según el sociólogo y filósofo francés Émile Durkheim, existen 4 tipos de suicidio:
1. Suicidio altruista: El sujeto se suicida en pro de la sociedad, por ejemplo, creer que es una carga para los demás o que ya ha cumplido su misión en la sociedad.
2. Suicidio Egoísta: El sujeto se suicida por sentirse poco integrado en la sociedad o como castigo hacia ella. Hay víctimas de acoso que se suicidan como castigo hacia sus agresores y a su entorno.
3. Suicidio Anómico: El sujeto se suicida debido a déficits que tiene la estructura social para proveer a ciertos individuos. Aquí el ejemplo lo tenemos en aquellas personas que, durante la crisis, se han suicidado por ver hundidos sus negocios o embargados sus hogares.
4. Suicidio Fatalista: El suicidio se comete porque la sociedad posee unas normas demasiado estrictas. Tirando de ejemplo literario, “Romeo y Julieta” encajaría perfectamente en esta definición.
LAS CARAS DEL SUICIDIO:
Si bien la definición de suicidio parece relativamente clara etimológica y conceptualmente (muerte producida por uno mismo con la intención precisa de poner fin a la propia vida), el término resulta polisémico (tiene más de un significado). De hecho, más allá del suicidio consumado, las conductas suicidas que aparecen en la clínica psicológica se presentan de forma muy diversa, responden a motivaciones distintas y requieren, por ello, de vías de intervención también diferentes, como grupos de Trabajo.
El suicidio es una urgencia vital ubicada no solo en un contexto biográfico de pérdida de la salud de la persona, sino también de debilitamiento de sus redes afectivas y sociales. Así, en la toma de decisiones de una persona que se implica en una conducta suicida hay tres componentes básicos:
a) a nivel emocional: un sufrimiento intenso;
b) a nivel conductual: una carencia de recursos psicológicos para hacerle frente;
c) a nivel cognitivo: una desesperanza profunda ante el futuro, acompañada de la percepción de la muerte como única salida.
Por ello, el suicidio no es un problema moral.
Es decir, los que intentan suicidarse no son cobardes ni valientes, solo son personas que sufren, que están desbordadas por el sufrimiento y que no tienen la más mínima esperanza en el futuro. Sin embargo, muchas personas que llevan a cabo una conducta suicida no quieren morirse (de hecho, son muchas más las tentativas, suicidas que los suicidios consumados), lo único que quieren es dejar de sufrir y por eso pueden estar contentos de no haber muerto una vez que el sufrimiento se ha controlado.
El suicidio constituye un problema de salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud (Värnik, 2012), cada año se suicidan en el mundo entre 800.000 y 1.000.000 de personas (tasa de 11.4 personas por cada 100.000 habitantes), lo que sitúa al suicidio en una de las cinco primeras causas de mortalidad. Pero los intentos de suicidio son 10 o 20 veces más numerosos. Hay más personas que fallecen por su propia voluntad, que la suma total de todos los muertos provocados por homicidios y guerras, y tres veces mayor que la de víctimas de accidente en carretera, lo que no deja de resultar sorprendente.
Pero muchas veces cuando estamos pasando por situaciones difíciles de sufrimiento, en las que creemos que no existe salida, hoy quiero contarte que si existe y que puedes salir de ellas.
¿CÓMO ME AYUDO? O ¿CÓMO TE AYUDO?
Es muy importante que ante una ideación suicida o signos de que pudiera haberla, no lo tomes a la ligera o pienses que “son cosas personales, y que ya te pasará”, ni tampoco reprendas, ni te enfadas, puesto que la intención no es desafiar. Tener en cuenta que en este tipo de problemas la detección precoz puede evitar graves consecuencias.
Si quieres ayudar a alguien que está pasado un proceso difícil, sigue estas recomendaciones para evitar llegar a situaciones extremas:
Valida sus emociones: Es necesario que dejes que se exprese emocionalmente como necesite y que le des una respuesta empática y comprensiva. No confrontar con la idea, ni minimizar la situación o el sentimiento. Acompáñale, acógele y contenle en esos momentos porque, aunque no lo exprese, necesita que le transmitan seguridad.
Evita momentos de tensión familiar: En esos momentos, necesita poder estar en un ambiente que le devuelva la estabilidad y tranquilidad que no tiene. Intenta evitar peleas familiares o momentos de tensión que puedan afianzarle la idea negativa del mundo que le rodea.
Busca momentos de tranquilidad: para hablar desde la serenidad y haciéndole ver que entiendes que la está pasándolo mal y que vas a estar ahí siempre que te necesite, préstale atención. Ten presente que detrás de una ideación suicida hay otro problema que hay que solucionar.
Enséñale la temporalidad de las situaciones: Nada es para siempre los problemas tienen solución pero hay que buscarla en el lugar y la forma adecuada. Si para ello, hay que pedir ayuda, no pasa nada. Es de personas inteligentes pedir ayuda cuando se necesita.
Compartir los problemas nos ayuda a solucionarlos: Las personas con ideaciones suicidas tienden a pensar que lo que están viviendo no le sucede a nadie más, que nadie les puede comprender y se aíslan. Enséñale que hablar de nuestros problemas nos aporta posibles soluciones que nosotros no habríamos descubierto solos.
ES MUY IMPORTANTE QUE BUSQUES AYUDA PSICOLÓGICA
Por más amor que le tengamos a las personas, no podemos hacer de psicólogos con ellas, cuando están pasando por este tipo de problema, es de suma importancia que busques ayuda profesional. Cuando las situaciones nos desbordan o no sabemos cómo solucionarlas, hay que buscar ayuda experta. Siempre es bueno buscarla para nosotras mismas, porque es posible que las emociones derivadas de ciertas circunstancias nos superen y afecten personalmente, nuestro entorno y no dejarnos ver con claridad lo que está sucediendo. De esta manera es difícil poder ayudar.
No olvides que es de valientes e inteligentes pedir ayuda, por más sola que te sientas, la realidad no es así, si buscas, siempre encontrarás a alguien dispuesto a poder escucharte y ayudarte.
Recuerda que por más oscura que sea la noche, el sol siempre vuelve a salir.
Créditos: Licda. Massielle Carrillo
Psicóloga Clínica
IG/FB: @massielecarrillo
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