“El dinero no es cosa de mujeres”, “las mujeres no saben invertir porque solo saben gastar”, “el dinero no es bueno”, etc., etc., etc., ... Son algunos de los paradigmas que se tienen en el mundo de las inversiones, donde los hombres siempre han tenido más presencia, pero hoy, gracias a los avances tecnológicos y sociales, las mujeres nos vemos en la obligación de romperlos y apoyar a otras mujeres con deseos de involucrarse en las finanzas.
Las mujeres, cada vez nos involucramos más en temas financieros, rompiendo con estereotipos de género y con estructuras sociales donde los hombres se han llevado el crédito del crecimiento financiero de las instituciones, durante más de 60 años.
Pero, es un hecho de que tocar el tema de “dinero” es difícil para la mayoría de personas, principalmente aquella que hemos crecido con ideas limitantes como que “el dinero no crece en los árboles”, “el dinero hace malas a las personas”, “es mejor ser pobres pero honrados”, ¿Te sientes identificada con estas frases?, si es así, solamente quiero que sepas que mereces toda la riqueza del mundo en tus manos.
No solo nos enfrentamos a nuestros propios miedos, a la falta de conocimiento o a la falta de voluntad de manejar nuestras finanzas adecuadamente, sino también a la discriminación y a la falta de confianza en nuestras habilidades por parte del mundo corporativo e inversionista, tema en el que hemos logrado tener avances agigantados, en los últimos años, gracias a la lucha y a la unión de miles de mujeres en todo el mundo.
Ahora bien, hay otras afirmaciones a pesar de lo que ya hemos hablado, las mujeres de hoy tienen un mayor impacto en los negocios y en la política, cosa que no se había visto antes. Mujeres con cargos presidenciales en países como Argentina, Brasil y Alemania, mujeres en puestos gerenciales en empresas reconocidas a nivel mundial, mujeres gerentes en recursos humanos, en servicios médicos, auditorías, servicios sociales, entre otros, nos recuerdan que somos nosotras mismas quiénes creamos barreras u oportunidades.
Claro que aún falta mucho por hacer en cuánto al alcance de las mujeres en niveles más altos de liderazgo, tanto político como en negocios, pero lo que se ha logrado hasta hoy ha marcado el paso a una nueva era de mujeres inversionistas y líderes de los mercados.
Hablemos un poco sobre los miedos que podemos sentir las mujeres al momento de comenzar a trabajar con temas financieros. A pesar de que somos personas administradoras desde nacimiento, tememos al concepto de “inversiones” debido a la poca educación que probablemente hemos recibido en la niñez y adolescencia, pero la frase que dice “las mujeres son buenas administradoras en el hogar” no se inventó solo porque sí, al contrario, es porque una mujer suele tener las habilidades de administración financiera sin haberlas estudiado, pero no las explotamos porque, en ocasiones, no sabemos cómo hacerlo.
La falta de interés, en la mayoría del tiempo, es lo que no nos ha permitido llegar más allá de administrar un ingreso mensual en el hogar y dar un salto al mundo de los negocios e inversiones. Recuerdo mucho un día, en una conversación con una amiga, ella me dijo “Lupita, vos estás en eso de las monedas digitales y las gráficas de divisas, que yo no entiendo” y yo le respondí que cuando ella quisiera yo podía explicarle y enviarle información para que pudiera iniciar su educación financiera, pero su respuesta fue que no le interesaba aprender porque era tema de hombres.
¿Quién dijo que para aprender sobre algo tenemos que tener un género específico? No se trata solo de lo discriminadas que hemos sido, sino del interés que podamos tener por aprender habilidades importantes para llevar nuestra calidad de vida a un nivel superior. Debemos comenzar nosotras con pequeños cambios si queremos ser tomadas en cuenta, más a menudo, en temas como este.
Y ¿Cómo podemos comenzar? Lo más importante es tomar la decisión de comenzar a aprender sobre finanzas e inversiones, eliminar de nuestra cabeza la idea de que para iniciar necesitamos millones de dólares o que son temas complicados, y comenzar con hábitos como: llevar un control de ingresos y gastos, ahorrar, educarnos, y una vez que ya hayamos dado este primer paso, enseñemos con el ejemplo a nuestras hijas, sobrinas o ahijadas. Seamos nosotras las promotoras en la apertura de sus cuentas de ahorro, iniciemos conversaciones sobre el dinero, hablemos sobre finanzas en casa, sin poner al dinero como un tabú sino como un medio para alcanzar metas y sueños, hagámoslo sin miedo porque al final, de nosotras depende que la siguiente generación pueda tener más beneficios de los que hemos tenido.
Créditos: Lupita Sian
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Que buen articulo me encanto, las mujeres somos capaces de hacer todo lo que nos propongamos y no necesitamos de un hombre para ser exitosas. ¡Me encantó!