No pierdas la esperanza. Cuando se pone el sol, salen las estrellas. Si hay algo en la vida que nunca puedes perder fuera de ti, es la esperanza de un día mejor, porque siempre habrá uno. Así como hay malos tiempos; también vendrán buenos tiempos. Y aunque las cosas puedan parecer inciertas en el momento, y aunque el miedo pueda estar tratando de nublar la mente, llena tu mente con pensamientos esperanzadores y recuerda seguir avanzando con fe.
Nunca te rindas. Incluso cuando parece imposible, algo siempre te ayudará. Los momentos más difíciles empeoran cuando pierdes la esperanza. Siempre que creas que puedes hacerlo, podrás hacerlo. ¡Pero cuando te rindes, pierdes!
Nunca pierdas la esperanza. Nunca pierdas la fe. Esos dos combinan bien y te traen con energía al mundo, a las ganas de vivir la vida. Nunca mires tus errores del pasado. Vives y aprendes. Frente en alto. Ojos abiertos.
La esperanza es algo bueno, puede ser lo mejor de las cosas, la esperanza hace que una persona sea más fuerte en sus malos momentos, la esperanza te hace darte cuenta que no es el final, la esperanza te hace darte cuenta que alguien está y Él está contigo sin importar si están luchando solos, la esperanza te hace creer en el poder del amor, la esperanza te hace comprender que es bueno compartir las cosas en lugar de esconderlas, nunca pierdas la esperanza, te da alas y depende de ti adónde quieres volar.
Nunca renuncies a lo que tienes. Siempre, espera lo mejor. Cuando pierdes la esperanza, te das cuenta que te quedas sin nada. Cree en las personas que amas, en las personas en las que confías y que te cargan porque si dejas de creer nunca podrás seguir adelante, sigue tu camino por el camino correcto. Sobre todo, recuerda siempre que incluso si no logras hacer ninguna de las dos cosas, siempre hay alguien a tu lado, alguien que te ama sabiendo muy bien que caíste y que probablemente también lo volverás a hacer y aun así te escoge.
Cuando las cosas no van bien, nunca pierdas la esperanza por lo que estás pasando, aférrate a tus sueños, nunca te rindas porque tus sueños se harán realidad siempre que les alimentes las ganas de volverse realidad.
NUNCA TE RINDAS; Nunca pierdas la esperanza. Ten siempre fe, te permitirá afrontar la situación. Los tiempos difíciles pasarán como siempre. Solo ten paciencia, tus sueños se harán parte de tu día. Así que ponte una sonrisa, vive tu dolor. Reconoce que pasará y ganarás fuerza.
Levanta la cabeza. Avanza creyendo; mira hacia arriba y espera que las respuestas sucedan, y déjelas al poder de la voluntad de algo más grande que tú, el universo, Dios, lo que decidas… Si tus sueños no se hacen realidad, no te deprimas y, sobre todo, no pierdas la esperanza. Recuerde que en cada fracaso y éxito siempre hay una razón. Cuando se cierra una puerta, la vida abre otra y el éxito puede estar esperándote detrás de ella.
Créditos: Esme Jiménez
IG: @essmejimenez
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