UNA CARTA PARA TI, MUJER QUE INSPIRAS

Decir que una persona es fuerte o débil es muy complicado. La fuerza se puede medir más allá de la física. Se mide en las palabras, en los sentimientos, en nuestros actos, incluso en la capacidad de resistir el dolor.

Todos tenemos distinta forma de afrontar y sobreponerse al dolor, pero ¿qué es el dolor? ¿qué lo causa? ¿dolor físico… emocional?... sea cual sea la situación, el dolor es un sentimiento que domina nuestro ser: mente, cuerpo y corazón. A veces el dolor es una parte del cuerpo, una persona, un lugar, una canción; lo materializamos, o veces, no sabemos en dónde está y solo lo sentimos.

No cabe duda, y no me dejarán mentir, que la pérdida de un ser querido es uno de los dolores más grandes que existe. Cierto que la permanencia en el corazón se vuelve eterna, y con ella guardamos recuerdos, vivencias, fotos, espacios que hacen “vivir” a la persona y aunque, a veces el destino nos permita prepararnos para decir adiós, el golpe siempre es duro. La ausencia de un padre, esposo, hijo, amiga, hermana o vecino, es un vacío que se llena con resignación acompañada de fortaleza.

Hoy, quiero dedicarte unas palabras a ti: mujer fuerte, que has afrontado diversidad de circunstancias a lo largo del tiempo y que ahora, te pone de cara a la pérdida de ese ser querido. Detrás de ti, hay personas a las que inspiras con tu entereza y rectitud, a las que maravillas con tu forma de amar que trasciende esta vida para seguir amado en la otra. Eres digna de admiración y respeto, como tú no hay dos. Tus lágrimas duelen, pero mañana tu sonrisas valdrán el doble.

Gracias, porque cada mujer que sigue avanzando en la vida con el dolor de una partida, nos demuestra a quienes la rodeamos que la resiliencia existe, que el amor se transforma pero siempre prevalece y que el paso por este momento llamado “vida” es la oportunidad perfecta de ser libre, reír, llorar, gozar, amar, respetar y servir.

Gracias por tu amor y ejemplo, por ser luz, y en especial, por ser fuerza.

En este 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, recordamos a nuestros seres amados y rendimos un homenaje a su legado. También, reconocemos a todas esas mujeres que aman la vida y la continúan inyectándole fortaleza, resignación e inspiración.

Créditos: María Fernanda Molina Valdés

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Fotografías: Mario Soto

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